jueves, 7 de enero de 2010

Tres muy buenas películas para empezar con todo en el "Ciclo de Cine Padre-Hijo"

Siempre que puedo ver esta peli no dejo pasar la oportunidad. Esta vez fue en un zapping televisivo (ahora hay que aclarar que es "televisivo", hace 10 segundos ni existía esta palabra, y hace desde las últimas décimas de segundo que ya se puede hacer zapping en una interminable lista de actividades humanas), en el canal "Volver" empezaba, así que obligué a Manu a sentarse en una improvisada sesión de cine "Padre-Hijo". ¿Por qué me gusta tanto? Que-sé-yo. Antes me gustaba por algunas cuestiones, ahora por aquellas y muchas más.
Claro, sabrán, esta peli (¿suena un poco "boludito" la palabra "peli" cierto?; igual seguiré, es la mejor opción según mis oídos), decía, el film (¡JA!) estuvo prohibísimo, la debo haber visto por primera vez en algún "Función privada" del año 83; y lo primero de la primera fue la sorpresa de conocer los personajes principales: Martín Santomé y Laura Avellaneda (o "Viceversa", ja, solo para entendidos), esos nombres que aparecían en los poemas que se redescubrían sin censura en aquellos días. Será después saber esas historias de estigma y óscares; luego los actores, muchos recién empezando y llegando a ser grandes en el tiempo, Alterio, Picchio, Brandoni, Oscar Martínez, Marilina (lindísima), aparecen un toque la Aleandro y Cipe, Gasalla, Carella, Vidarte, Arana, la China, ¡Lautaro Murúa! (que comía en la mesa de al lado en "La Cancha" de la Boca), Camero, Barbero (que jugaba al billar en la mesa de al lado nuestro, de mi hermano y mío, en el bar "La Paz" piso alto), el mismísisimo Renán haciéndose el Pollack y apareciendo, y los que me olvidaré en este momento o no. Con esos actores algo se podía hacer. (Suena "El Presagio" por Fander, mientras escribo esto). "La Tregua" según Sergio Renán, FilmAffinity ********** 7,6.
Hay que decir que ese año (1974) el Oscar Foreign Film se lo ganó "Amarcord" de F.F., no había con que darle.
¿Ya escribí mucho? Antes, por supuesto que mi escena favorita es la del oficinista diciéndole al gerente lo que todos los oficinistas queremos decirles y no le decimos porque somos oficinistas (lo que le grita Vidarte y lo que más tranqui le dice Alterio). Después ... todo es muy triste.
Final de honor: Mario Benedetti, un abrazo al polvo enamorado.

"Buenos Muchachos" de Martin Scorsese, como si importara FilmAffinity le promedia ********** 8,4.
Esta fue una de las primeras del ciclo allá hace como 8 años, en ese entonces había que justificar la razón por la que el ciclo había comenzado, que sintéticamente significaba mi quijotezca réplica a una estúpida discusión escuchada a las 9 de la madrugada de locutores de radio diz-que-rebeldes (¡¡¡Rebeldes las pelotas!!!) que enfrentaban a Tarantino/Scorsese.
Creo que ya todos vimos esta peli mil veces así que ... (...cuando van a la casa de la madre de Pesci a la madruga a buscar una pala y se entretienen comiendo ravioles... ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja)


Esta me gustó muchísimo; en tres tomas simples te cuentan cuántos ganadores/perdedores transitan el american way of life. "El Luchador" de Darren Aronofsky suma un FilmAffinity ********** 7,3.
Podría hablar un rato largo de Mickey Rourke, solo diré lo que dije hace unos días en una mesa de bar y casi me pasan a cuchillo; me parecía, y me sigue pareciendo, que Mickey Rourke es el que más se acercó a ser el sucesor de Marlon Brando; perdonen mi posible blasfemia, pero más lo pienso y más me sigue pareciendo, pelen el facón nomás, acá los espero en cuero y sin poncho en la zurda.

3 comentarios:

  1. En entre estas tres pelis veo un fino hilo conductor, más allá del juego que puede comunicar sus títulos.
    Pero eso no es imposible, ni dificil de vislumbrar, después de todo estamos hecho del mismo todo y de la misma nada, todo y nada, lo que los ojos ven y lo que no ven

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  2. "Los pitucos" de Mario Benedetti, de "Poemas de hoy-por-hoy" (1958-1961)

    Hijo mío
    recuérdalo
    son éstos los pitucos

    tienen un aire
    verdad
    que es un desaire

    tienen la marca
    verdad
    de su comarca

    mira
    son los pitucos
    nacen junto a la rambla
    respiran el salitre
    le hacen guiños al sol
    se rascan el ombligo
    duermen siestas feroces

    besan con labios blandos
    y en la rambla se mueren
    y van al paraíso
    y claro
    el paraíso
    es también una rambla

    fíjate bien
    son ellos
    los pitucos
    casi una raza aparte
    son nietos de estancierros
    primos de senadores
    sobrinos de sobrinos
    de heroicos industriales

    son ágiles
    imberbes
    deportistas
    cornudos

    mira cómo te miran
    bajo sus lentes negros
    pero no te preocupes
    en el fondo
    son buenos

    aman los dividendos
    escuchan a Stravinsky
    se bañan diariamente
    con jabón perfumado
    y a la hora del crepúsculo
    bajan todos al Centro

    hijo mío
    prométeme
    nunca intentes hacerles
    zancadillas

    los pitucos son tenues
    los pitucos son blandos
    una bocina
    un grito
    a veces una huelga
    les arruinan el alma

    en ocasiones
    raras ocasiones
    se hacen los malos
    dicen palabrotas
    pero después se mueren
    de vergüenza
    y allá en su diario íntimo
    se azotan con metáforas

    hijo mío
    recuérdalo
    son éstos los pitufos

    tienen un pelo
    verdad
    que es terciopelo

    una cadencia
    verdad
    que es decadencia


    déjalos pasar
    son de otra raza
    admíralos
    toléralos
    apláudelos
    escúpelos
    tírales caramelos
    cualquier cosa

    después
    cuando seas grande
    grande
    y tengas un hijo
    lo tomas de la mano
    lo traes aquí a la rambla
    y sin darle importancia
    le dices
    hijo mío
    son ésos los pitucos.

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  3. Cuando vea en un tiempito que nadie lo leyó lo voy a poner ahí, con alguna foto de Mario Benedetti tal vez disfrazado de marinero alemán según una peli.
    Mientras muchos esconden sus libros (los de Mario Benedetti) detrás de otros muy vanguardia-experimentales-adultos-anarcos-marginales, y a lo mejor desempolvándolos después de la grandeza inevitable que otorga la muerte; yo los mantengo en un estante de honor, uno al lado del otro desde mi "Inventario" de Editorial Nueva Era modelo 84 baqueteadísimo (que me hubo costado un huevo y la mitad del otro con plata de mi viejo para gastar en proteínas) entre los Carpentiers y los Riveras, otro saludo hermano colega-oficinista, .."¿qué saben los pitucos, lamidos y shushetas?"...

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