
Y en este ciclo de verano, viniendo de adelante para atrás, llegamos a la segunda escala de la serie mafia y mucho más que algo más con "Érase una vez en América" de Sergio Leone, a la que los avispádisimos críticos amateurs de FilmAffinity lograron (y por una vez supieron) promediarle ********** 8,4.
Las actuaciones son increibles. El ojo de Sergio Leone es sabio por donde uno quiera mirarlo, imagino esas imágenes (ja) reflejadas en una pupila creativa y creadora y pienso que será una forma muy emocionante de despedirse de la vida. La música de Ennio Morricone es sencillamente fantástica, jugando con nuestros recuerdos en general y con nuestros recuerdos de otras películas en particular. Eso y todo lo demás ...
En Buenos Aires la dieron en dos partes, los estrenos de ambas partes (de una película hecha de una vez y para siempre) separados por varios meses; algo como lo que había pasado con "Novecento" de Bernardo Bertolucci (316 minutos). Y ya que estamos, este parrafito no es casualidad: ambos directores italianos, Robert De Niro, Ennio Morricone, Gérard Depardieu; y quien sabe qué más.
Hay que verla antes de morir, y si la viste otras veces mejor, envejece bien para mi gusto y nos puede hacer la ilusión que nosotros también lo hacemos.
Escenas como las de Patsy eligiendo comerse el pastelito en la escalera a la puerta de la casa de Peggy; o Deborah en los gestos de Jennifer Connelly o de Elizabeth McGovern diciendo "Andate, te llama tu mamá", o el bebé machito de Danny Aiello haciendo del Jefe Aiello; hace 25 años que me dan un descanso en medio de la vida triste de Noodles con su extraña forma de amar a Deborah, y su amarga amistad con Max.




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