jueves, 30 de diciembre de 2010

Ernesto Cardenal y yo (?) (y los paréntesis, ah, y Perec) (Edit.)


Me acuerdo (“Je me souviens” diría Georges Perec) de un poster (un “poster” es un afiche) que tenía una de mis primas mayores, 5 años mayor por lo menos, Pipí (que ya para esa época, esa época en que yo ví su poster, se enojaba mucho cuando le decíamos “Pipi” en lugar de su nombre), el poster que mostraba una escena bucólica o romántica (si bucólica y romántica no son la misma cosa) medio nebulosa de fondo del siguiente poema:
“Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.”

Yo (Nejimaki) debía tener unos 10 o 12 años y aquel poema me parecía muy ingenioso, ahora que tengo 45 me lo sigue pareciendo. No estaba para poemas, paisajes de Sarah Kay y cosas de ese estilo en aquellos años.

Muchos años después volví a leer ese poema en unas láminas en la estación de trenes de Constitución, tampoco figuraba el nombre del autor, imaginaba algún oriental estilo Tagore o algún otro oriental estilo Benedetti podría decir ahora. En esos tiempos había muchas láminas con poemas de Benedetti; claro, que tanto Mario Benedetti como Ernesto Cardenal (que es el autor de ese poema transcripto ahí arribita y que forma parte de sus primeros poemas editados como “Epigramas”) solo sobrevivían a la censura anónimamente o gracias a la ignorancia de los censores (esto me hace acordar a una historia de censura y Jack London en Chile, otro día les cuento).

Un tiempito de estar en Buenos Aires en el año 1983 y ya sabía muy bien quien era Ernesto Cardenal y que ser “sandinista” no era solo una licencia poética de un disco de The Clash.
Me acuerdo (“Je me souviens” diría Georges Perec) de haberlo visto en el programa “Cordialmente” de Pinocho Mareco.
Me acuerdo (“Je me souviens” diría Georges Perec) con alegría y un poco de orgullo (en realidad mucho de orgullo) en el año ‘87 u ‘88 haber charlado unos diez minutos (tal vez 3) con él en la calle Florida una medianoche que volvíamos del laburo con mi amigo Billy (el tercer misionero, de Misiones, que conocí personalmente; el primero fue el Lobo Fisher, el segundo Finito Gehrmann).
Me acuerdo (“Je me souviens” diría Georges Perec) que la lectura del libro “En Cuba” de Ernesto Cardenal me empujó a tomar una serie de decisiones que cambiaron mi vida de una forma en la que uno puede reconocer como un “antes y después”. (Aparte me ocurrió algo muy curioso con el “objeto libro” En Cuba, un hecho tan insignificante que merece ser contado en este blog).
Durante muchos años he leído libros donde se citan sus poemas (los de Ernesto Cardenal), transcripciones de fragmentos de sus poemas, por supuesto que lo he visto a él en muchos reportajes, e incluso alguna que otra vez tuve que escuchar como lo mentaba Jacobo Winograd contando alguna dudosa anécdota.
Sobre sus libros de poesía, me acuerdo (“Je me souviens” diría Georges Perec) haber visto solo “El Estrecho Dudoso” editado por Nueva Imagen (editorial que ya no existe, creo) y sus poemas en alguna antología de poesía nicaragüense, muy leída en aquellos ochentas al ritmo en que descubríamos la revolución sandinista real, y no la que nos habían mostrado por años los medios de la dictadura (que curiosamente siguen siendo los mismos medios de ahora, bué, casi todos).
Luego Julio Cortázar, claro, y su “Apocalipsis de Solentiname” y Manu Chao y su “Sueño de Solentiname”, y mi viaje a Nicaragua con intento fallido de llegar a las islitas de Solentiname, y su (de Ernesto Cardenal) “Evangelio en Solentiname” ‘escrito’ con su gente del Archipiélago de Solentiname; y todo lo demás que no me acuerdo ahora (traicionando a Georges Perec y su “Je me souviens”).


Toda esa larga introducción (¿introducción?, no creo, tal vez solo quería contar lo insignificante que está ahí arriba y lo que sigue es un epílogo insignificante) hace que me dé prisa que ya son las cuatro y diez;
... entonces, quería contarme que fue una sorpresa muy agradable haber podido enterarme que estaban editadas en 3 tomos todas sus poesías, primero, y conseguir después que llegasen a mis estantes estos libros. Pero, y siempre pero, la sorpresa mayor fue haber leído por primera vez muchos de sus poemas que son larguísimos, hemosísimos, rarísimos, y muchos ísimos más, y que son una especie de épica americana como nunca había leído de otro latinoamericano y con una mirada que me gusta mucho, especialmente porque mira desde la misma esquina en que me da por mirar a mí (¿por qué otra cosa sería sino?).


Y ya los dejo con este último comentario; hace unos meses Kaya Rastaman quiso ubicar sus desventuras en Nicaragua (si Ud. -¡Sí Ud.! que está leyendo esto- leyó “aquello” recordará al equipo de fútbol precolombino que se llamaba “Cardenales de Solentiname”), sé que su idea (la de Kaya) era la de contar su historia insignificante desde la ciudad de Rama, pero su impericia, o incapacidad directa de dar imagen a lo que la ciudad de Rama retornaba a sus nubladas retinas hizo que su relato se dirigiera desde el Hospedaje Santos de Managua y no desde el Hotel Johanna (indescriptible) de Ciudad Rama. Aquí enseguidita le transcribo lo que puede alguien como Ernesto Cardenal y no puede alguien como Kaya Rastaman.
Un abrazo amigos, y si no los veo ¡Feliz Año Nuevo! (y lo que queda del viejo):


“Ciudad Rama”


Las calles del Rama son verdes

y por ellas solo caminan gallinas

¿la gente las cruza por puentes?

y las aceras en zancos son muelles.

Hay botes rotos en las calles.

Tiendas de chinos de tablas podridas

y tras los palos de fruta pan

el campanil de lata de

la iglesia de los misioneros capuchinos

como de plata

y sobre la Comandancia

la banderita azul y blanca de Nicaragua.


Y abajo
un picante corta el agua verde del río Rama





viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Payada de canciones? (¿Una de cal y otra de arena?)

"Pare"
El segundo disco que me compré con mi propia plata fue "En tránsito" de Joan Manuel Serrat; eso sucedió en Febrero de 1982 en Buenos Aires, a la vuelta de mis vacaciones en Mar del Plata junto con mi amigo Marcelo (teníamos 16 años).
El 17 de Junio de 1983, el mismo día que cumplía 18 años, rendimos el último examen de ingreso a la Universidad; de los 10.000 inscriptos solo ingresarían 1.300, suponíamos que a esa altura, luego de 4 meses de curso, por lo menos unos 3.000 ya habían desertado; había que festejar así que aprovechamos la invitación de un acaudalado compañero (adversario hasta unos minutos antes, él y todos los demás en esa lucha por la supervivencia en el camino del estudio; "estudiá nene para ser alguien en la vida"), y decía, nos fuimos a su quinta de La Horqueta. De vuelta en la Reina del Plata a las 7 de la mattina, me sumé al Carlitos (mi hermano) y a la Rusa (su amiga) a la cola que hacían en el Luna Park para ver a Serrat, estábamos cuartos en la fila, por suerte el otoño nos guiñaba un ojo con un adelantado "veranito de San Juan". Al mediodía la cola tenía como 10 cuadras y las puertas de la popu se abrirían a las 7 de la tarde. Imposible (e inerte) contar todo lo que hicimos en esas horas de espera, podría ser interminable (cantamos, jugamos al truco, nos hicimos amigo de la demás gente que hacía la cola, nos peleamos con mi hermano por repartir el tiempo para cuidar el lugar, nos amigamos de vuelta, cantamos, discutimos de política -¡¡¡era el '83!!!-, tomamos mate, fui hasta el "Palacio del Disco" a unas 10 cuadras por la calle Reconquista y me compré el disco "Acuarela" de Toquinho, sorteamos como usaríamos los prismáticos, cantamos, leimos la "Prensa Obrera", y, claro, esperamos).
Supongo que habrá algunas reseñas que se puedan rastrear de esos recitales después de la censura feroz y con la dictadura moribunda; agrego que en el concierto coreamos casi todas las canciones, menos algunas como esta que viene aquí debajo, que no había forma de conocerla.



"Pare" ("Padre")
de Joan Manuel Serrat

Pare
digueu-me què
li han fet al riu
que ja no canta.
Rellisca
com un barb
mort sota un pam
d'escuma blanca.

Pare
que el riu ja no és el riu.
Pare
abans que torni l'estiu
amagui tot el que és viu.

Pare
digueu-me què
li han fet al bosc
que no hi ha arbres.
A l'hivern
no tindrem foc
ni a l'estiu lloc
per aturar-se.

Pare
que el bosc ja no és el bosc.
Pare
abans de que no es faci fosc
ompliu de vida el rebost.

Sense llenya i sense peixos, pare,
ens caldrà cremar la barca,
llaurar el blat entre les enrunes, pare
i tancar amb tres panys la casa
i deia vostè...

Pare
si no hi ha pins
no es fan pinyons
ni cucs, ni ocells.

Pare
on no hi ha flors
no es fan abelles,
cera, ni mel.

Pare
que el camp ja no és el camp.
Pare
demà del cel plourà sang.
El vent ho canta plorant.

Pare
ja són aquí...
Monstres de carn
amb cucs de ferro.

Pare
no, no tingueu por,
i digueu que no,
que jo us espero.

Pare
que estan matant la terra.
Pare
deixeu de plorar
que ens han declarat la guerra.

"September"
El primer disco que me compré con mi propio dinero fue uno de canciones cuyos derechos se donaron a la UNICEF, me lo compré en Rosario en el año 1979 en viaje de fin de semana que hice con mis amigos Beto y Cachi a visitar a nuestro amigo Dadi. El disco incluía canciones de Barbra Streisand, los Bee Gees, una tal Barrigan o algo así (¿Laura?), Andy Gibbs, el barbudo de "la suerte de una buena carta", y algunos más, sumarían unos diez o doce. Las únicas canciones que realmente me gustaban eran "¿Crees que soy sexy?" de Rod Stewart y esta "September" de Earth, Wind & Fire. Pasaron los años (como más de 30) y conservo el gusto por esas dos canciones más allá de la nostalgia o la melancolía (¿cuál será la diferencia?). Creo que "September" ha envejecido muy muy muy bien, y me pareció una gran idea hacerla payar con "Pare", un lindo tema para discutir, digo, cómo relacionar estas dos canciones que se nos presentan bien diferentes (¡Viva la diferencia!).
Ah! Che, ..."¿Te acordás de la noche del 21 de Septiembre"...



"September"
by Earth, Wind & Fire

Do you remember the 21st night of September?
Love was changing the minds of pretenders
While chasing the clouds away

Our hearts were ringing
In the key that our souls were singing
As we danced in the night,
Remember how the stars stole the night away

on and on - say that you remember
on and on - dancing in September
on and on - never was a cloudy day

My thoughts are with you
Holding hands with your heart to see you
Only blue talk and love,
Remember how we knew love was here to stay

Now December found the love that we shared in September.
Only blue talk and love,
Remember the true love we share today

on and on - say that you remember
on and on - dancing in September
on and on - never was a cloudy day

on and on - say do you remember
on and on - dancing in September
on and on - golden dreams were shiny days

Some bells were ringing
Our souls were singing
Do you remember,never a cloudy day?

on and on - say do you remember
on and on - dancing in September
on and on - never was a cloudy day

on and on - say do you remember
on and on - dancing in September
on and on - golden dreams were shiny days

jueves, 11 de noviembre de 2010

"À la recherche du temps perdu" (edit.)

"Esperándolo a Tito"
Eduardo Sacheri
Con un atraso de casi un año no me quedará más que decir tres palabras. Compré este librito de cuentos en la Feria del Libro del 2010 (todavía sin el hdp de V. Ll.) de casualidad. Resultó ser que Eduardo Sacheri es el autor de la novela "La pregunta de sus ojos" en la que se basó la peli "El secreto de sus ojos" (película que casualmente incluye la escena de fútbol mejor representada que vi en mi vida). Cuentos en general un poco melodramáticos pero que aciertan en el corazón de la pasión y folklore futbolero. No sé que orden externo siguen los cuentos, a mí me gustaron más los que están de la mitad hasta el final, quizá, y como siempre, solo haya sido una cuestión de estado de ánimo. Mis preferidos: "Ángel cabeceador", "La hipotética resurrección de Baltasar Quiñones" y "Decisiones".
Lo mejor, y lo que hizo que me anime a jugarme sin tener idea de quien era Sacheri, es el epígrafe que encabeza la serie de cuentos: "Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas esenciales. Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: no sabe nada de fútbol"

"Ernesto Guevara, también conocido como el Che"
Paco Ignacio Taibo II
Esta es para mi gusto la mejor biografía del Che (debo haber leído mil). La releí (otra vez) el año pasado al estilo rayuela solo porque estaba maquinando la "Columna Juan Román Riquelme" que incluía la canción "Al otro lado del río" de Jorge Drexler. Mi primera lectura de este libro allá por el 98 ó 99 me hizo pensar en alguna hipótesis secundaria en relación a la vida del Che (que hoy no voy a repetir acá) muy criticada en las mesas de los bares porteñas, pero que recibió una amplia sonrisa cómplice de Paco.

"La guerra del fútbol"
Ryszard Kapuscinski
Este lo compre el mismo día que el de Sacheri. Evidentemente la palabra "fútbol" es difícil de esquivar para mis gustos literarios. No conocía a nadie que haya escrito sobre la guerra del fútbol (1969 Honduras-El Salvador) más que a Roque Dalton (y a Eduardo Galeano citándolo). Obviamente todos, los 3, "censurados" en forma permanente por los medios de comunicación. Una grata sorpresa, la vida de Kapuscinski (con acento en la "s" y en la "n", si, polaco) es una historia de aventuras en un mundo que ya no existe, aunque sus viajes como periodista hayan sucedido hace 3 segundos en la historia de la civilización. A través de los relatos, todos de periodista de trinchera, uno puede ver desfilar escenas de novelas ("A sus plantas rendido un león" de Soriano, por ejemplo), series televisivas (algo de "Lost"?), y de muchas películas; parece que a Kapu (ya un amigo, che) lo han leido mucho. y ya que estamos con epígrafes que empujan a la compra compulsiva, este es el de "La guerra del fútbol y otros reportajes":
¡Oh, Dios!
A pesar de las oraciones con que Te rogamos,
siempre perdemos nuestras guerras.
Mañana volveremos a librar una batalla
que será realmente grande.
Necesitamos Tu ayuda más que nada en el mundo,
y por eso debo decirte:
La batalla de mañana será dura e implacable.
No habrá en ella lugar para los niños.
Por eso te suplico:
No envíes a Tu Hijo.
Ven Tú en persona en nuestra ayuda.

(Oración de Koq,
jefe de la tribu de los Grikuas,
antes de la batalla
contra los afrikanersen 1876)

"Bella del Señor"
Albert Cohen
Este libro llegó a mis manos por "recomendación" del libro "Último inventario antes de liquidación" de Frèderic Beigbeder, en el cual figura con el Nº 32. Era uno de los 50 "mejores libros del siglo XX" según los encuestados por Le Monde y la FNAC que no conocía más que por la linda tapa de Editorial Anagrama. Ya pasaron más de 7 meses desde que lo leí y si bien las opiniones de los que saben hablan siempre de Proust, a mí en el recuerdo se me presenta "Madame Bovary" con una pizquita de algún Kafka. Alors, sea Proust, Flaubert o milímetros de Kafka, Cohen viene con algo bajo el brazo. ¡Attention!

"Último inventario antes de liquidación"
Frédéric Beigbeder
Este libro consiste en una reseña por cada uno de los 50 mejores libros del siglo XX según 6000 lectores que contestaron una encuesta del diario Le Monde y el sitio de ventas FNAC (ambos franceses). Hay que decir que no se votó a lo ancho de todo lo escrito en el siglo, sino que un previamente un grupo de "expertos seleccionó 400 obras candidatas. Puesto Nº 1 para "El extranjero" de Albert Camus, el Nº 17, por ejemplo fue "Alcoholes" de Guillaume Apollinaire, y que 27 de los 50 libros corresponden a francófonos; una lista arbitraria más, pero divertido recorrido para andar la literatura del siglo XX. Ningún argentino (¡ni Borges!). El diario de mierda La Nación realizó una encuesta similar en el año 1999 con un resultado muy curioso, un día de estos la comentamos por aquí (en esa yo voté, y "perdí", como siempre que voto).

"Ubik"
Philip K. Dick
Ya esta entrada tuvo comentarios sobre este libro creo, así que para que decir más. Hoy es 4 de Abril del 2011. Solo digo que este libro parece no tener fin en la secuencia de obras que la citan, ya tiene más de 40 años y sigue dando ideas novedosas.

"Sputnik, mi amor"
Haruki Murakami
Murakami es el escritor favorito de este blog, tal vez no el mío (o si), pero de este blog es innegable protagonista principal. Una historia para completar en tu cabeza. Ya este también fue comentado creo, ya ni me acuerdo, así que hay que ir a la biblio o a la librería saquear el estante y leerlo.
¿Sabías que "sputnik" quiere decir "compañero de viaje" en ruso?



7. Enbusca del tiempo perdido. "Le Temps retrouvé" (edit.)

Hola
Hola
Hola
Hola
Hola

Hola

6. En busca del tiempo perdido. "Albertine disparue" (edit.)

Hola
Hola
Hola
Hola
Hola
Hola

Hola

5. En busca del tiempo perdido. "La Prisonnière" (edit.)

Hola
Hola
Hola

Hola

4. En busca del tiempo perdido. "Sodome et Gomorrhe"

Tres Tristes Michis

"La bicicleta de Leonardo" de Paco Ignacio Taibo II.
Un detective loser mexicano (¿o español?, ya no me acuerdo) nieto de un anarquista catalán que escucha Santana todo el tiempo en discos de vinilo se enamora vía TV de una basquetbolista universitaria texana a la que le roban un riñón de "este lado" de la frontera; con agente de la CIA escapado de Saigón el 30 de Abril de 1975 (la fecha en que ya nadie sabe qué pasó después, las pelis no lo dicen, bué las pelis de este lado del mundo que parece seguir siendo ancho y ajeno); señora, señor, y si por si todo eso fuera poco la bicicleta diseñada por Leonardo da Vinci siglos antes de ser "inventada".
Me encanta parte de la dedicatoria, desde ahí ya empecé a entusiasmarme: "...al representante de "Viajes Patito" en La Habana..."
Por ahí anda deambulando el fantasma de Italo Calvino; y por ahi dice:
"...Los tres peores días de la vida de Jerry: lunes 28 de abril de 1975, martes 29 y miércoles 30 en Saigón..."
A Antonio Amador no hay con que darle.

"Mi vida" autobiografía de León Trotsky.
Llega hasta sus 50 años (1929); fue asesinado con un piolet en Coyoacán, 1940. Si este libro se leyera mucho, cuántas discusiones se ahorrarían. Trotsky es el cerebro, la mano y el "tercer ojo" de la revolución, es una opinión. Este libro es una excelente forma de ingresar al conocimiento de qué carajo pasó realmente en todo el siglo XX (y eso que lo escribió en 1929).
Empieza: "Se dice que la infancia es la etapa más feliz de la vida. ¿Lo es, realmente?"
Termina: "Me rio de la suerte. Y en cuanto a los hombres, son demasiado necios y están demasiado envilecidos para que yo pueda reprocharles nada".
Hasta siempre tovarich ...

"El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas"
de Haruki Murakami
Obvio, primero pensé en Alicia (¡¡¡Y en Philip K. Dick!!!), después en Borges y sus ruinas circulares (creo); pasé por Cortázar con su noche boca arriba (sigo arriesgando no me acuerdo de los títulos de los cuentos, corríjanme); pero, ya saben la respuesta, es Murakami.
Hay jazz (y Bob Dylan), cine, chicas, gatos, gente rara, mundos raros (más raros que los de Chavela Vargas, si dios quiere), y por lo menos dos dimensiones. Ah, y algún unicornio o algo parecido
Sayonara.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Un día como hoy ... pensaré luego en recuperar el tiempo perdido (edit.)

Bué, parece que nunca voy a recuperar el tiempo perdido; se me apagó la luz un rato y ahora tengo que seguir aferrado a lo real.
Escuchaba perplejo las noticias del día (la noticia del día); perplejo primero por el tamaño de las consecuencias que pintan, y perplejo después por no ser capaz de perder la perplejidad ante tanta esquizofrenia e hipocresía a la que se sienten obligados los malditos capitalistas (genéricamente hablando).
Andar gugleoboludeando me salvó de imaginar los nubarrones que pintaba el horizonte; encontré (supe encontrar, digo a mi favor) esta canción que me gustó cantar a dúo con la pequeña Maia, y la dejo acá como constancia de mi saludo a K., con quien supe compartir casi todos mis enemigos y muchos amigos.




Mariko-San

Donde quiera me encuentro un papel de Mariko-San.

Donde quiera descubro un recado,
un guiño de ojo.
Ando en una gaveta, abro un libro,
registro un bolsillo, levanto un mantel:
donde quiera me encuentro un papel
de Mariko-San.

El verano llegó desde ayer,
no quiso esperar.
Mete leña en su horno
de sietemesino y ahoga.
El verano a pesar de las cosas
que pese al verano se deben hacer.
El verano llegó desde ayer,
no quiso esperar.

Hoy debiera contar hasta cien
y luego soñar.
Hoy debiera volver del océano
y ser bienvenido.
Hoy debiera andar sin zapatos,
casarme de pronto sin saber con quién.
Hoy debiera contar hasta cien
y luego soñar.


Bonus track


(Esto fue hace 25 años; atrás se pueden ver el frente de la Universidad de La Habana y la gente en las escalinatas que casi nadie, nunca, utiliza)

miércoles, 29 de septiembre de 2010

3. En busca del tiempo perdido. "Le Côté de Guermantes"

En el ciclo "Cine padre-hijo" se proyectó el mini-ciclo "Películas de Subiela antes de hacerse menemista", que casualmente son las que realmente vale la pena mirar.
(es una opinión)


Supongo que "Hombre mirando al Sudeste" (1986) debe estar entre las mejores películas del cine argentino de todos los tiempos (FilmAffinity ********** 7,7). Verla otra vez después de casi 25 años (Reagan, posmos, noventas y demás de por medio) se presenta un poco ingenua en algunos aspectos, pero aún así puedo recordar el buen sabor que dejaba (y sigue dejando, si te queda algo en el pecho) estar sentado en un cine viendo esas escenas de telequinesis, líquido azul brotando de la comisura, imágenes "magrits", Hugo Soto (Rantés) desmenuzando un cerebro que se va por la cañería o dirigiendo una orquesta-beethoven en el Parque Lezama, un cambio de zapatos enigmático, la locura como razón, y loquesea.com ...
Para Manu que nació el mismo año en que se estrenó, fue toda una revelación, y de alguna manera me parece que es un muy buen programa para compartir con un hijo joven aún creciendo.

Esta "Últimas imágenes del naufragio" (1989) es la de Subiela que más me gusta (FilmAffinity ********** 6,7), y por eso en mi lista personal está por sobre "Hombre...", puede que tenga algunos aspectos que la hacen aparecer como "incompleta" pero encaja totalmente en mi forma de relacionar las imágenes (últimas y de un naufragio) con mi sensibilidad (tanguera), aún 20 años después. Me gusta el color gris auténtico de Buenos Aires, todos los personajes son queribles-imperfectos (creo que se les dice "humanos"), tienen un toque de locura y de bajas aspiraciones con autoestimas kafkianas atrayentes, un avión contruyéndose en una terraza, el naufragio inevetible de varias vidas, una cama en medio de la crecida del río, palabras escritas en una pared para ya jamás volver a ser enunciadas, una parada de colectivo fantasmal, el subte, un caballo asomado a la ventana de una casa, un suburbio melancólico, y un final con naúfrago rescatado.

"El lado oscuro del corazón" (1992, FilmAffinity ********** 7,4) compone las que para mí son las reales últimas imágenes del naufragio de Subiela; un "Bergman" fallido, un "Woody-Allen" fallido, un "cinemá-verité" fallido; la peli todavía logra entretenerme (¿acaso esto no debería ser lo más importante?) pero los personajes siguen sin convencerme (otra vez, y otra vez), son pretenciosos, previsibles, algo falsos y artificiosos, totalmente afectados por la decepción, el pesimismo y los noventas que parece que ya no hay forma de pararlos (bué, hubo). Desde mis ojos (y mi oídos) lo mejor son algunos diálogos y Mario Benedetti de marinero recitando sus propios poemas en alemán.
Hoy miro y me pregunto, cómo no nos dimos cuenta enseguida de que Subiela se subía al frívolo barco menemista de pizza con champán; y aquí al naúfrago ya es muy difícil rescatarlo ...

2. En busca del tiempo perdido. "À l'ombre des jeunes filles en fleur"

Relecturas
(los intelectuales realmente cools como yo no leen, "releen")

La razón por la que volví a "Antología de la literatura fantástica" de Borges-Bioy Casáres-Ocampo fue reencontrarme con el cuento "Enoch Soames" de Max Beerbohm. ¿Por qué volver a ese cuento? Deberías leerlo y sabrás lo mismo que yo, o tal vez algo diferente, o quien sabe te parezca una cagada, y ya. Hay una fecha en ese cuento, 3 de Junio de 1997, una fecha en la que me olvidé de concurrir al British Museum.
Los demás cuentos están para ser leídos también. Ja, y el humor de estos señores es incansable; por ejemplo, en las breves biografías de los autores que preceden a cada cuento, en la de Kafka dice: "escritor austríaco, nacido en Praga", sensacional y exacto, a más de un pacato anacrónico se le deben parar los pelitos de la nuca.

A este "Respiración Artificial", de Ricardo Piglia, como debe ser la séptima vez que lo leo, esta vez lo hice de atrás para adelante.
Lamentablemente los nuevos editores (Anagrama) han contado en la contratapa uno de los pasajes más maravillosos del libro (y quizá de toda lo que podría llamarse literatura argentina). Era un buen divertimento descubrir a los mentirosos lectores de este libro ignorando esa hipótesis inquietante y tan sugestiva.
Por cierto, este debe estar dentro de los 10 mejores libros de todos los tiempos escrito por un argentino (¿200 años?).
Y me trajo, de nuevo, a este barrio el Sr. Kafka.


Y Kafka pasea por muchas de las páginas de "La letra E" de Augusto Monterroso. Y Kafka se titula la primera entrada de esta especie de diario monterrosino. Debe haber más de 1000 razones para leer los libros de Monterroso, y por lo menos 999 para leer "La letra E". (¿Y esa frase de Shakespeare que Faulkner hizo realidad literaria?).
Les transcribo la mini-entrada de la pag. 151 "Tempus fugit":
"El tiempo me pertenece cada vez menos. Antes, cuando leía un libro especialmente bueno, lo disfrutaba con la esperanza de releerlo algún día; si por acaso, por fin, ahora lo releo, siento que probablemente no habrá otra oportunidad."

1. En busca del tiempo perdido. "Du côté de chez Swann" (Edit.)

Camino de lectura discutido con mi amigo
William Wilson.

Hace como 2 años (¿o más?) discutíamos con mi amigo Willie sobre si Haya de la Torre o Mariátegui; y yo, claro, que sin dudas Mariátegui; y ni el tiempo ni el soporte daban para mucho más que una discusión caprichosa. Entonces decidimos dejar la lucha para otra oportunidad, bué, no decidimos, yo huí como un cobarde porque hacía como 15 años que ya no tenía mi "7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana", y Willie es peruano las 24 horas del día los 365 días del año, era mucha desventaja. Fui posponiendo ese tema hasta que se cruzó en nuestra charla uno de los habituales exabruptos (buen provecho) del hdp A.V.LL. hijo del hdp M.V.LL., y le prometí a Willie volver a leer Vargas Llosa (padre, hijodunagrap...) cuan pudiese recuperar para mi biblio y lectura los "7 Ensayos ...". El día de Iemanjá fue el día que volvió.
Hablar de José Carlos Mariátegui, de su vida y de su obra, ambas interrumpidas abruptamente (tal vez, exabruptamente) sería interminable; un recorrido caprichoso sería transitar las casualidades con mi amigo el Che; otro, ruín, sería consultar la inmunda wikipedia; como sea, no te pierdas pasar por Mariátegui, el te va a ayudar a mirar nuestro pueblo grande. Los nombres desfilan: Deodoro Roca, Vladimir Ilich Ulianov, Julio Antonio Mella, Antonio Gramsci, Ernesto Guevara, Aníbal Ponce, qué equipazo ¿no?, ah, claro, y Carlitos Marx con la 10.

Y así llegó la hora de cumplir mi promesa. Decidí cumplirla por el lado de "La Casa Verde", que siempre figuró en mi primer lista de libros de imprescindible lectura de la literatura latinoamerica; la bronca y el asco por el dueño de las manos que lo escribieron hiceron que permaneciera inleído en un rincón oscuro de libros y escritores ignominiosos que pueblan mis estantes. Pero una promesa a un amig hay que cumplirla, ¿o acaso uno es un político en campaña?
La historia es excelente, está magníficamente escrito, y su forma es realmente algo sorprendente aún 45 años después. Haciendo una observación salvaje y con el resultado puesto, me animo a enunciar la siguiente impertinencia, dos puntos: cómo se te nota Marito el despreciable ser humano en el que te convertirías con los años, o que sacarías de tu interior una vez pasada la moda del boom y ser revolucionario.
Un libro de imprescindible lectura, para el que le interese, escrito por un hdp (antes y ahora).

"El escritor latinoamericano y la revolución posible" de Mario Benedetti (ja, otro Mario, y ahora me doy cuenta, Mari - átegui), lo debo haber leído en el año 1984, y su consecuencia fue una lista de 43 libros (cuento hoy 34 leídos), ¿qué más se le puede pedir?

martes, 28 de septiembre de 2010

El Alquimista (Caetano) dialoga con Carlitos Hope, y de paso el regalo que no fue (pero es)

25 de Septiembre


La columna auspiciada por la "Fundación Juan Román Riquelme, el Universo y Todo Lo Demás..." quiso, este sábado que pasó, hablar de la mirada que uno tiene, en general, de lo cercano, de lo obvio, y el peligro (bué, no tanto peligro, no es tan dramático en el siglo XXI, ni antes), el peligro, decía mal, de perder perspectiva sobre lo observado o lo que queremos relacionar con nuestros sentidos y sentimientos (la mierda, así escrito parece muy pretencioso, y tal vez lo sea); en ese viaje se me antojó enganchar la carrera de un futbolista (alibí) con la mirada que tenía y tengo de mi propia madre, quien ese día cumplía años y a quien le estaba dedicando esas palabras. Y la reflexión que intentaba plasmar e incitar a la audiencia a que haga en su "butaca" (si había audiencia, y si había audiencia con ganas de reflexionar, y si había audiencia con ganas de reflexionar sobre una tema que a mí me parecía interesante y tal vez solo era una sarta de observaciones "pretenciosas") culminaba ofreciendo a mi vieja en su cumple la canción "Sozinho" de y por Caetano Veloso; canción, opinaba (yo), que solo puede ser dedicada personalmente a una cantidad de personas que alcanza a ser numerada con una mano en ese mar de arena de los 7000 millones de humanos que habitamos esta nave azul.
La delicadeza de Caetano "Toque de Midas" Veloso hizo que Charly E. (el "Señor Sulu" de esa nave "Enterprise" que se llama "La Liga") me preguntara sobre si había visto la peli "El milagro de Candeal" (dirigida por Fernando Trueba, FilmAffinity ********** 6,3 -y seguro dice Carlitos Hope que se quedan muy cortos), a lo que respondí con el asqueroso monosílabo "no". Entonces, aquí abajito les pongo una canción que forma parte de ese documental y que se ve tan lindo; ¡Y que payen las canciones a través de los gustos!



Claro que la pre-producción de la columna JRR (¡JA!) barajaba varias opciones de canción-regalo sobre esa mirada que iba
de: señora que ocupó el lugar que esta sociedad le otorgaba (¿y le sigue otorgando?) a la mujer (y la mirada que esa sociedad enseñaba a tener a los hijos de esas mujeres);
a: lo que uno puede descubrir en una caja de fotos viejas y armando con retazos de conversaciones que permanecen fragmentadas en la memoria para bien de la normalidad (tenista, jugadora de basquet, pintora, estudiante de francés, integrante del cuerpo de baile, belleza adolescente, minifalda a cuadros con botas blancas hasta la rodillas en los setentas, bikini a lunares, obrera metalúrgica), casi todo, tal vez, interrumpido o alterado por el matrimonio y la maternidad, y etc. ec. etc.
Y bué, en ese tren Santi me daba una opción de como mirar en perspectiva y hablarle a mi vieja en esta bella canción que viene ahí debajo ...

lunes, 27 de septiembre de 2010

Carlos, Federico y yo. (Como para reinaugurar este inventario)

Nos encontramos, otra vez, en Febrero de 1997 en Berlín.
(¿Por qué Carlos sentado y Federico parado? es una de las mil preguntas que me sugiere esta foto de familia)