
El camino que proponía el libro, enseguida, e inevitablemente, me recordó las sesiones semanales (miércoles) de "Cine Padre-Hijo" a las que obligué a Manu, mi hijo, a compartir (¿soportar?) conmigo a cambio de ... nada. Su ganancia sería la de conocer películas que de otra manera solo llegaría a ver en retrospectivas de autor en salas especiales, o ciclos de cineclub, si tuviera la suerte de enterarse que las proyectaban. (En los "comentarios" les cuento, si me quedan ganas, la razón de estas sesiones).
Bué, el libro nombra varias pelis en las que casi no se detiene y fundamentalmente narra la historia personal de un hombre de más de 50 en su relación con su hijo de 17 años. Y no mucho más que eso. Hay una lista de pelis que te puede surgir, y claro, una buena idea que te puede ayudar a relacionarte con un hijo adolescente. Para mí (y sé que para él, mi hijo) la experiencia resultó muy gratificante, y no hay miércoles en que no extrañe la incertidumbre de elegir una nueva peli y esos encuentros en los que por suerte no había lugar para palabras innecesarias; todavía, en las dos o tres veces que podemos estar juntos al año, el cine forma parte de una buena manera de relacionarnos.
Esto de los "binomios" consiste en emparejar o relacionar dos libros, uno que leí en estos días con otro que merezca echarle un ojo; y como este de acá arribita me dejó sabor a poco y, más allá de la excelente propuesta padre-hijo, no me animaría a recomendarlo calurosamente, les acerco el que sigue:

(Antes que nada, ¡Ojo! No confundir este Feinmann, el "bueno", el que habla de filo en el canal "Encuentro", con el facho que la va de periodista y no-sé-qué-más, ese hijunugranp...)
Este es un sensacional libro sobre películas, especialmente sobre las norteamericanas, que son las que veía Feinmann en el cine de su barrio, y también hay de las otras (algunas europeas, del oeste y del este, alguna asiática, creo que algunas de "al sur del río grande", y no sé ya no me acuerdo).
Hay de todo, y siempre una mirada inteligente, casi nada de teoría cinematográfica rígida, ni opiniones otorgadas parado sobre un pedestal, ni cuestiones "solo para iniciados". Un libro entretenido que te va a obligar a hacer algunas listas y te darán ganas de correr al videoclub, y si no, será que el cine no te gusta tanto, y por supuesto eso no es pecado, aunque debría serlo.
Hay de todo, y siempre una mirada inteligente, casi nada de teoría cinematográfica rígida, ni opiniones otorgadas parado sobre un pedestal, ni cuestiones "solo para iniciados". Un libro entretenido que te va a obligar a hacer algunas listas y te darán ganas de correr al videoclub, y si no, será que el cine no te gusta tanto, y por supuesto eso no es pecado, aunque debría serlo.
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