jueves, 31 de diciembre de 2009

Tres cuadros (¿impactantes?) para terminar el año.

"Autorretrato" (1887) por Vincent Van Gogh
(Museo de Orsay, París)

"Los Embajadores" (1533) por Hans Holbein
(National Gallery, Londres)


"El Origen del Mundo" (1866) por Gustave Courbet
(Museo de Orsay, París)

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Marlon Brando sabe contarnos "Las canciones que mi madre me enseñó"

Siempre me simpatizó Marlon Brando, siempre me gustó creer que él estaba del lado correcto y no las publicaciones del inmundo periodismo del espetáculo, y del otro, que iban desde el endiosamiento al escarnio. La primera noción de mi admiración por Brando fue la tristeza que me dio verlo caerse entre los tomates en "El Padrino" (¿será que es mejor educación para un chico de 10 años ir al cine a ver pelis de la mafia que pelotudear con un control remoto o con un celular?). Luego, mucho después, una eternidad con milicos e iglesia católica de por medio, llegaron "Apocalypse Now" y "Último tango en París", y ya inscripto definitivamente en el bando de Brando vinieron las pelis de los 50s y 60s en el cine Cosmos o donde las pasaran.
Debería controlar con mucho detenimiento para estar seguro, pero creo que no hay más de 5 biografías (no ficcionadas) entre los libros que cuelgan en los estantes que cuelgan de las paredes del departamento en el que me refugio de los paparazzi; una de Bukowski, la aubiografía de Isadora Duncan, una en tres tomos gordos de Trotsky, más de 2 de Borges y esta. Quiero decir que evidentemente no soy un aficionado a leer biografías, y tomando conciencia en este momento de los "biografiados" que andan por ahí en mi casa, me doy cuenta que su punto de contacto podría ser el querer conocer un poco más sobre personas que me caen bien y aparecen como polémicas o con vidas controvertidas, bué, eso, creo que se entiende y sino a quién le importa.
Para empezar, el título de esta biografía es muy bueno, "Las canciones que mi madre me enseñó" por Marlon Brando; es un punto de vista encantador hacer girar la vida propia alrededor de las canciones que nos ha enseñado nuestra madre. (si tengo que recordar a mi vieja cantando, elijo "Merceditas"). El título es un episodio comentado casi al pasar, pero no deja de ser un signo.
Me gustó mucho este libro; desde mi lado del ecuador, Brando deja las cuentas saldadas, incluso hasta muy a favor. Lo que sea, es creerle a él o a la inmunda Wikipedia. Ya seguramente ni club de fans tendrá.

Un saludo Marlon Brando, donde sea que estés.

Uno de mis discos favoritos de la Década

Esa es la mitad de la cara de "Haydée" Milanés, que se anima a regalarnos 10 canciones afro-caribeñas, pasando incluso por el jazz y el reggae (eso escucho yo y mi toscano en la oreja), todas ejecutadas con una suavidad maravillosa y una claridad de sonido en los instrumentos que nos hace pensar que podemos acariciarlos con solo estirar los dedos. Descemer Bueno es el autor (a veces en colaboración) de todos los temas. Antes de poder siquiera escribir esto, Marce dijo que le encantó, ya somos dos. Aquí abajito está la lista de canciones, y un poco más abajo iutubeada hay una entrada con "Tú y yo".



"ChungKing Express" de Wong Kar-Wai

Los aficionados al cine que critican en FilmAffinity le promediaron ********** 7,6
"Chungking Express" de Wong Kar-Wai es una sucesión de escenas que pueden parecerte ese afiche que estás viendo ahí arriba; si te animás a poner algo de vos, verás una película para saborear de a poquito. Dos historias que confluyen en el "Midnight Express", un kiosko-café-restaurant-al-paso. La primera, un amor que ya es desamor; la segunda, un desamor que promete llegar al amor; y siempre hay algo más ...

lunes, 21 de diciembre de 2009

3/3 Binomio de Libros antes de Navidad

"Best Seller" de Roberto Fontanarrosa es su primera novela y es una típica historia fontanarrosezca, el humor, la ironía, el sentido textual de las palabras de sus personajes, y lo que más me gusta a mí de Fontanarosa: el lenguaje de mi infancia, de mi tierra y de mi gente; una manera de hablar, unos gestos, una elección de las palabras que me hacen reconocer al instante a los personajes; y ese es un lenguaje que muy pocos escritores argentinos (de los leíbles) recuperan.
Cada vez que comentaba con alguien mi gusto por Fontanarrosa casi invariablemente un instante después recibía la pregunta: "¿Y Soriano? ¿Te gusta?"; mi respuesta, también invariablemente hasta este año, era: "Nunca leí un libro de Soriano", a lo que seguía una cara en mi interlocutor mezcla de piedad, desprecio (si es que no son lo mismo) e incredulidad. Bué, este año leí primero "Triste, solitario y final", y luego por Octubre "A sus plantas rendido un león".
Debo decir que comprendo muy bien porque muchos lectores los relacionan, y en la gran categoría de "todo tiene que ver con todo" los contactos entre Soriano y Fontanarrosa pueden aparecer inmediatamente y de una manera contundente en un millón de cuestiones, pero (y siempre llega ese "pero") hilando un poco no tan fino creo que estos muchachos transitan caminos diferentes; leo una mirada muy diferente en cada uno y unas inquietudes que solo tal vez en el fondo (muy en el fondo) puedan encontrarse en una encrucijada extratexto. (una "x" más y esa palabra, que no sé si existe, estaba prohibida -¡epa! apareció otra "x", ahora cagué).
A Fontanarrosa lo vengo leyendo desde hace más de 30 años, a Soriano lo he leído bastante en sus trabajos periodísticos, y lo he escuchado mucho en la tele, pero nunca, hasta este año, lo había visitado en sus ficciones. No voy a decir ahora las diferencias que veo entre ambas literaturas, porque tal vez sea una mirada absurda de aficionado y para qué andar sumando más puteadas de las que ya cargo; solo diré que leerlos seguiditos me hizo mantener mi opinión y que este binomio no es para "emparejar" alguna lectura desabrida sino a modo de inventario y cuentas saldadas.
"A sus plantas rendido un león" de Osvaldo Soriano, una manera de contar dos cosas a la misma vez con las mismas palabras, es casi como ver una película de las que dirige Clint Eastwood, te regala una historia que podés querer entender a varios niveles.
Tres escenas para recordar:
1) Situación en la calle con un gorila en medio de la noche africana;
2) (Ahora no me acuerdo, la busco y la transcribo) (La encontré) Charlan Quomo (del África Negra) y Lauri (argentino) en París:
...
- ¿Porqué salió de su país?
- Nos confundimos con Perón, leímos mal a Marx y pasamos por alto a Lenin.
- Eso es un error grave. A Marx yo lo hacía leer en las escuelas.
- ¿Y usted cuándo lo estudió?
- Cuando vine de joven a París. Me lo contó una amiga ugandesa.
- ¿Qué le contó?
- Marx, completo. Íbamos al jardín de Luxemburgo a las tardecitas, nos sentábamos en un banco y ella empezaba: La Sagrada Familia, capítulo primero. Y me lo contaba. El Capital, ...
... y
3) Una escena en un salón de un casino clandestino en París que te hace pensar en la canción "A los jóvenes de ayer" de Serú Girán.



¡Ciao! ¡Ahí nos estamos viendo!

2/3 Binomio de Libros antes de Navidad (Películas)

Estaba en la ochéntica única librería más o menos como la gente que hay en Posadas buscando un libro para regalarle a la Negra por el Día de la Madre (le regalé "Estambul. Ciudad y recuerdos" de Orhan Pamuk, este parece que sí le gustó), y me topé con "Cineclub" de David Gilmour (un canadiense, no ese que estás pensando). Según la solapa del libro, se trataba de un padre que decide acercarse a su hijo adolescente eximiéndolo de ir al colegio o de trabajar a cambio de que se mantenga alejado de las drogas y obligándolo a compartir sesiones de cine tres veces a la semana
El camino que proponía el libro, enseguida, e inevitablemente, me recordó las sesiones semanales (miércoles) de "Cine Padre-Hijo" a las que obligué a Manu, mi hijo, a compartir (¿soportar?) conmigo a cambio de ... nada. Su ganancia sería la de conocer películas que de otra manera solo llegaría a ver en retrospectivas de autor en salas especiales, o ciclos de cineclub, si tuviera la suerte de enterarse que las proyectaban. (En los "comentarios" les cuento, si me quedan ganas, la razón de estas sesiones).
Bué, el libro nombra varias pelis en las que casi no se detiene y fundamentalmente narra la historia personal de un hombre de más de 50 en su relación con su hijo de 17 años. Y no mucho más que eso. Hay una lista de pelis que te puede surgir, y claro, una buena idea que te puede ayudar a relacionarte con un hijo adolescente. Para mí (y sé que para él, mi hijo) la experiencia resultó muy gratificante, y no hay miércoles en que no extrañe la incertidumbre de elegir una nueva peli y esos encuentros en los que por suerte no había lugar para palabras innecesarias; todavía, en las dos o tres veces que podemos estar juntos al año, el cine forma parte de una buena manera de relacionarnos.

Esto de los "binomios" consiste en emparejar o relacionar dos libros, uno que leí en estos días con otro que merezca echarle un ojo; y como este de acá arribita me dejó sabor a poco y, más allá de la excelente propuesta padre-hijo, no me animaría a recomendarlo calurosamente, les acerco el que sigue:

"Pasiones de celuloide" de José Pablo Feinmann
(Antes que nada, ¡Ojo! No confundir este Feinmann, el "bueno", el que habla de filo en el canal "Encuentro", con el facho que la va de periodista y no-sé-qué-más, ese hijunugranp...)
Este es un sensacional libro sobre películas, especialmente sobre las norteamericanas, que son las que veía Feinmann en el cine de su barrio, y también hay de las otras (algunas europeas, del oeste y del este, alguna asiática, creo que algunas de "al sur del río grande", y no sé ya no me acuerdo).
Hay de todo, y siempre una mirada inteligente, casi nada de teoría cinematográfica rígida, ni opiniones otorgadas parado sobre un pedestal, ni cuestiones "solo para iniciados". Un libro entretenido que te va a obligar a hacer algunas listas y te darán ganas de correr al videoclub, y si no, será que el cine no te gusta tanto, y por supuesto eso no es pecado, aunque debría serlo.

1/3 Binomio de Libros antes de Navidad (Ratas)

Compré este librito "Nuestras hermanas las ratas" de Michel Dansel en la Feria del Libro 2003 para regalárselo a la Negra, que en ese entonces estaba embarazada. Vivíamos en un piso 11 del microcentro porteño y recién habíamos logrado superar una extraña invasión de ratas que asolaba (según Nuevediario) a los barrios de Buenos Aires cercanos al Río de la Plata. Para tratar de combatir la fobia (o la impresión) que nos había quedado de los visitantes indeseados e indeseables, pensé que un acercamiento "intelectual" y "simpático" nos ayudaría a superar el recuerdo de olores, ruiditos y encuentros face to face con los animalitos. El libro quedó inleído hasta hace dos meses en que decidí darle una oportunidad entusiasmado por la experiencia de los Malditos Roedores en Paso de los Libres.
Bué, en definitiva, a pesar de estar incluído en una colección de Tusquets Editores, Cuadernos Ínfimos (muy interesante), la lectura resultó, efectivamente, ínfima y prescindible, con algún que otro dato para una sobremesa de domingo; la ironía francesa está muy por debajo de la que manejamos diariamente en estas latitudes culíferas del mundo.

Para emparejar les dejo aquí abajo un libro en el que pensé mientras leía esa apología de ratas, lauchas, ratones (que parece que son bichos diferentes) y algún que otro roedor; desde mi ombligo, el que sigue es mejor que muy bueno, o eso me pareció hace más de 20 años cuando lo leí.

"Guía del autoestopista galáctico" de Douglas Adams
La historia de cómo esta novela llegó a ser novela se las dejo a los interesados que puedan consultar la World Wide Web o una librería o biblioteca, si es que todavía existen.
Se trata de una especie de obra de ciencia ficción en tono irónico; ironía sobre la actualidad inglesa (aquella - el copyright es de 1979-, que tal vez sea la misma o parecida a la de ahora), y sobre la literatura y las pelis de ciencia ficción.
Si te gusta la ciencia ficción, el humor inglés y una mirada especial sarcástica del mundo, deberías probar. Si no te gusta la ciencia ficción, el humor inglés y una mirada sarcástica del mundo, ¿qué carajo te divierte?

-Un dato: el fabuloso, e inesperado, éxito de este librito nos trajo tres más: "El restaurante del fin del mundo", "La Vida, el Universo y todo lo demás" y "Hasta luego y gracias por el pescado"; ¡JA! ¿No me van a decir que los títulos no están buenísmos?

-
Otro dato
: aparecen por ahí unos extraterrestres que se llaman "Pez Babel" y que los demás seres se introducen en su aparato auditivo para poder entender las diferentes lenguas galácticas (el pez va traduciendo); si se fijan en yahoo, creo, el traductor de páginas web se llama "Babel" y su símbolo es un pez.

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Anteúltimo dato
: hay una peli basada en este libro que no ví, y que en español se llama igual "Guía del autoestopista galáctico" ("The Hitchhicker's Guide to the Galaxy", 2005) dirigida por un tal Garth Jennings, coguionada por el mismísimo Douglas Adams y a la que los críticos aficionados de FilmAffinity le promediaron ********** 5,9.

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Último dato
: lo relacioné con las ratas porque según esta historia son los seres más inteligentes del universo, seguido por los delfines; o sea que los humanos seríamos algo así como la tercera especie en grado de inteligencia sobre la Tierra (el planeta es destruído en las primeras páginas del relato para poder así construir una autopista intergaláctica).

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Dato P.D.
: por las dudas, "autoestopista" es un "tipo que hace dedo".

domingo, 20 de diciembre de 2009

8 años después

¿Dónde estabas el 20 de Diciembre del 2001 cuando despegaba el helicóptero desde el techo de la Rosada?

viernes, 11 de diciembre de 2009

Algo "viejo" (y muymuymuy bueno) para escuchar. ¿Cada día suenan mejor?

Una Receta:
El reloj de la iglesia tiene que tocar dos campanadas, luz de luna, prepararse un martini, un tabaco cubano le daría un toque especial, si es una noche de verano mucho mejor, luego dar "play"...

jueves, 3 de diciembre de 2009

Algo nuevo para escuchar

"Tu y Yo"
de Descemer Bueno
por Haydée Milanés

(la belleza puede ser sencilla)