sábado, 18 de febrero de 2012

37 Libros en mi mesita de luz



La sonrisa del flamenco El Imperio Las nieves del Kilimanjaro Fragmentos de un cuaderno manchado de vino Desgracia Cien años de soledad Diarios de bicicleta 1Q84 Ébano El Hobbit Una historia del mundo en diez capítulos y medio El tiempo envejece deprisa El Emperador Ojo al cine Cuentos de la selva Rayuela 1001 Películas que hay que ver antes de morir El spleen de París Autobiografía de Irene Respiración artificial 1984 Manhattan Transfer El hombre que confundió a su mujer con un sombrero Aguafuertes Porteñas La bailarina de Izu Un día más con vida La consagración de la primavera El gran dinero Ulises Las verdes colinas de África Desayuno en Tiffany's Viajes con Heródoto El Eternauta Papeles en el viento 1919 Courbet Viaje alrededor de El Quijote




1Q84
de Haruki Murakami

(Hoy, muchos días después, 14 de Mayo, digo)
Tres meses después (hoy) ya no hay 37 libros en mi mesita de luz (tuve que ordenarlos, o desordenarlos en los estantes); y si de la buena memoria queda poco, quiero decir, que pasó demasiado desde que leí este "1Q84" y un poco menos demasiado del "1Q84" de ahí a abajo. ¿Qué decir? 10 meses después (Libros 1 y 2) y 5 meses después (Libro 3) todavía puedo sentir ese gustito a Haruki Murakami que me dejó la lectura; un gustito que lo sabrán, si los leen, que no se puede comparar por ejemplo con "Kafuka ...", y ni hablar ya de "Nejimaki -Dori, ...". Aún así puedo decir que no fue turismo el haberlos leído, fue un viaje; un viaje con música (jazz, claro, y Janacek), películas y gatos, como siempre. Y qué nos cuenta Murakami, bué, cualquiera puede leer una contratapa y saber de que va el "1984" de Orwell. Esta vez no tocó Lewis y su Alicia, ni los Beatles y sus maderas noruegas, ni Kafka y sus orillas, ni sputniks, ni mongoles o manchurios; esta vez tocaron duendes, mundos orwelles y crisálidas. Y ese ambiente, un poco raro, íntimo de personajes muy Murakami que seguramente harán que dentro de un tiempo alguien escriba un ensayo cuyo título podría ser (se llamará, lo apuesto): "¿De qué hablamos cuando hablamos de Murakami?"
Y si hay crisálidas, muy posible, habrá mariposas, que es mi forma de recordar en general, y mi forma de recordarme (y recordarles??? ja) que tengo que poner aquí eso de las mariposas que vengo pensando hace unos años, y me olvido, y me vuelvo a acordar, porque esa es mi forma de recordar, como mariposas, y ...
"...
-¿Cree que ella es amiga mía?
-¿Se puede ser amiga de una mariposa?
-Para ser amiga de una mariposa, tienes que convertirte en un elemento más de la naturaleza. Eliminar cualquier indicio de humanidad, permanecer quieta y convencerte de que eres los árboles, la hierba y las flores ...
..."
Y después viene la parte que es recordar como mariposas, o como recordar mariposas, y poder tomar del vino que llena una copa que ya nos hace posible ver los tigres en la lluvia, con la ayuda de los libros y la propia memoria, o con la ayuda de "Los Libros de la Buena Memoria"

(Y vaya uno a saber que carajo pensaba escribir en esta entrada hace 3 meses)

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