jueves, 19 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

"El Libro de Arena" de Jorge Luis Borges

(En el ángulo inferior izquierdo de esta edición 1990 se puede ver la marca de los dientes de Arwen Angela del Mar, que me lo robó de la mesa ratona mientras me preparaba un fernet)
Hace unos días me encontré en la "necesidad" de entablar unas cuantas discusiones futuras (ahora ya pasadas), y sabiendo lo que se me venía estuve buscando una "cita de autoridad" para impresionar a mi adversario ocasional. Sabía que esa cita estaba en algún cuento de este libro. El cuento era, es, "Utopía de un hombre que está cansado", y relata la conversación que mantiene Eudoro Acevedo con otro hombre en un viaje al futuro; y Eudoro en el medio de la descripción de su mundo, entre otras cosas, le dice: ..."En el ayer que me tocó, la gente era ingenua; creía que una mercadería era buena porque así lo afirmaba y lo repetía su propio fabricante"... (En un comentario agrego como sigue).
Y bué, la cuestión es que esta búsqueda fue una buena coartada para releer este, "El Libro de Arena" (1975), que fue el penúltimo libro de cuentos que publicó Jorge Luis Borges. Podría hablar un rato más, y hacer algunos comentarios sobre las diferencias con sus cuentos anteriores, y esto y aquello, pero lo mejor es probarlos con los propios ojos.
¿Cuáles son tus cuentos de Borges favoritos?

Alguna impresión de cómo funciona el mundo

Ayer, que era domingo y fue larga la tarde, el zapping se me clavó en la peli "Mujer Bonita", empezada (¿Qué más da? Más teniendo en cuenta que uno lleva en estos años un récord de veces mirada "La Cenicienta"). Pero como era domingo, y por la tarde, y llovía, y el partido de Boca empezada después de 7 horas, seguí mirando. Aunque el control remoto de la tele quedó intocado lejos del alcance de mis manos, mi cabeza andaba en su zapping independiente, y quizá quiso el azar (¿el azar?) poner mi atención en la escena en que Edward Lewis (Richard Gere) arrojaba enojado un fajo de verdes sobre la cama como pago a los servicios personales brindados por Vivian (Julia Roberts); aunque, mientras la pantalla me mostraba esas imágines, mi cerebro "veía" a John (Mickey Rourke) tirando billetes al piso haciendo un camino que era recorrido en cuatro patas por Eliazbeth (Kim Basinger) recogiendo lo que queda del sexo (o del amor).
Mis neuronas dudaron entre quedarme en una exitación sexual retroactiva de 23 años de antigüedad o detenerme en el incalificable (es "a favor" este adjetivo) Rourke; cómo son muy perspicaces ya sabrán que camino tomé. En un ratito vi a Rourke como "el chico de la moto", pasando por "Chinaski-Bukowski" y otras yerbas, deteniéndome en la estación final "luchador"; me entretuve en esa imagen casi surreal de Mickey Rourke transformado en "The Wrestler"; cuando volví a la comedia comercial televisiva Julia Roberts relataba su curriculum que finalizaba (antes del innombrable "prostituta") en "estacionaba autos en un estadio de lucha libre", todo en un instante y por el mismo precio me pareció que esos insignificantes hechos relacionados por una sola cabeza funcionaban como testigos de que el mundo gira.
Era contarlo para poder olvidarlo, nos vemos.

Lo que queda después de un rato.
Tarea para desarrollar en la mesa del bar de la esquina con amigos que ya, como uno, no serán Marlon Brando:
Discutir hasta el ridículo, la casi-enemistad y la madrugada:
Los puntos en común y en divergencia que pudieren existir entre "Pretty Woman" de Garry Marshall, 1990 (FilmAffinity ********** 6,3) y "9 Semanas y Media" de Adrian Lyne, 1986 (FilmAffinity ********** 5,6), y los de las parejas Roberts-Gere y Basinger-Rourke; pasando, claro, por los goles pelotudos que se come el Pato Abbondanzieri, la escoria de la humanidad en la que se ha convertido el periodismo y el efecto mariposa.

(¡Ah che! ¿Vieron alguna vez al boxeador ruso Nikolai Valuev?)

Último Round.
¿Qué historias insignificantes y de las otras habrán sucedido para que el muchachito, "Chico de la Moto", ese de mirada estrábica (que solo podía ver los colores en los "peces luchadores de Siam") se haya convertido en la mole de gimnasio y quirófano con frío Randy "The Ram" Robinson?
---"Rumble Fish" o "La Ley de la Calle" de Francis Ford Coppola, 1983 (FilmAffinity ********** 7,6)
---"The Wrestler" o "El Luchador" de Darren Aronofsky, 2008 (FilmAffinity ********** 7,3)

viernes, 13 de noviembre de 2009

"Cosas para hacer antes de morir" - Una peli - Un poema - Una canción - Un disco

En la excelente peli "Mi vida sin mí" de Isabel Coixet (FilmAffinity ********** 7,8) la protagonista (interpretada sensacionalmente por Sarah Polley) recibe una noticia que la lleva a escribir una lista que titula "10 cosas para hacer antes de morir". Podría ser una lista de tareas o de deseos, cada cual hará la suya a su manera si se le ocurre, y supongo que se podrá incluir desde "ver la Tierra desde la Luna" hasta "un heladito" (esos corresponden a la mía y a la de mi hijita Maia, respectivamente).
En mi insignificante lista podría haber incluído por ejemplo "leer por radio al mediodía un poema de Charles Bukowski y luego poner una canción de más de 12 minutos de algún músico expulsado de los medios de comunicación".
El 7 de Noviembre del año 2009 taché ese ítem de mi lista, en el programa de radio "La Liga, al otro lado del espejo" leí (con mi voz nasal y dudosa) el poema "John Dillinger viene marchando" y acto seguido Charly, el operador, puso a rodar el tema "The Illinois Enema Bandit" (12:41) del disco "Zappa in New York" grabado en vivo entre Haloween y Navidad de 1976, interpretado claro por el inigualable Frank Zappa y su banda.

Los deseos pueden cumplirse, solo hay que saber pedir ...

John Dillinger viene marchando

algunas veces escribo acerca de los años 30
pienso que fueron un buen campo de adiestramiento.
la gente aprendía a convivir con la adversidad
como si esta fuera cosa de todos los días.
cuando los problemas golpeaban a la puerta
barajaban de nuevo y hacían su propia jugada.
de no existir posibilidades
muchas veces ellos creaban
una.

la gente que estaba "empleada"
realizaba su trabajo con pericia.

un mecánico podía reparar
tu automóvil.
los médicos visitaban a los enfermos en sus casas.

los choferes de los taxis
no sólo se preocupaban por conocer cada calle
de la ciudad
también intentaban definir el universo.

los dependientes de farmacia
se acercaban al mostrador
preguntando amablemente, señor ¿qué necesita usted?

los acomodadores de cine
eran más elegantes y buenos mozos
que los galanes de las películas.

todos cosían su ropa
remendaban sus zapatos
casi todo el mundo hacía las cosas bien.

ahora la gente dentro y fuera
de sus profesiones
es totalmente inepta.
a veces realmente
no comprendo como hacen
para limpiarse el propio culo.

además cuando la adversidad llega
se desaniman
desisten
se entregan de pies y manos
caen abatidos en la cama.

estos mimados en demasía
se acostumbraron
al triunfo por el camino fácil

ellos no tienen culpas supongo
de no haber vivido la década del 30
pero yo
no los adoro
ni sentiré tentaciones al respecto.

Arriba: Charles Bukowski en una lectura de sus poemas.
Abajo: Frank Zappa con sus padres (¡Ja!).

El disco doble

martes, 13 de octubre de 2009

"Nadie, nada, nunca" de Juan José Saer


Por suerte, o por causalidad, después de un "Mescalito" puede venir un "Nadie Nada Nunca".
Esta novela es ante todo un ejercicio formal muy interesante; y luego (¿o será viceversa?) una historia en blanco y negro muy sencilla y muy muy muy interior. Creo que en cualquier parte del mundo que hayas crecido se entenderá y se disfrutará fácilmente, pero si naciste en los Campos de Santa Fe sabiendo que "color" tiene la vida del río, lo podrás sentir de una forma particular; hay en el relato una manera bella de reconstruir las horas del pasado como no pueden ya reconstruirse, porque, lo sabemos, el viaje de esta nave que nos lleva por el universo recorre un camino que no se pisa dos veces en el transcurso del tiempo de vida de un humano.
Si tenés dudas sobre si leer o no leer, y te decidiste por leer, este libro "Nadie, nada, nunca" de Juan José Saer será una elección "expecial" (o sea "muy especial").
¡Ja! Además, ¡Qué buen tít
ulo! ¿Cierto?

"Mescalito" de Hunter S. Thompson

Andaba un día pelotudeando por la World Wide Web y me encontré con el blog de un dizque joven escritor marginal argentino con el curioso seudónimo de Roni Bandini, a pesar de mi alergia al nombre "Ronald" (Reagan de por medio), el apellido "Bandini" (el mismo apellido del alter ego del sí, super sí, escritor marginal estadounidense John Fante, cuyo personaje central se llama "Arturo Bandini"), decía, el apellido Bandini hizo que circulara las páginas del blog del tal Roni (¡qué diminutivo chetísimo llegando al garca!).
Bué, resulta que Roni (ya no lo nombraré por su apellido seguramente falso) escribía y era según sus propios ojos el "Bukowski argentino" (ponerse "Roni Chinaski" tal vez le pareció muy obvio, y buscó el personaje de Fante sabiendo que es, era, uno de los nombres recurrentes que saltaba cuando el viejo Buk nombraba algún predecesor que sentía muy cerca suyo) ... (¡Mierda! o ¡Shit! Esto está lleno de paréntesis). La cuestión es que el tipo aparte nombraba mucho a un tal Hunter S. Thompson, quien luego supe era el autor de un libro con cierta fama de under y de "romper todas las reglas", tal libro es "Miedo y asco en Las Vegas", los datos fueron dichos ya no los aburro mucho más, solo para decir que me puse a la búsqueda de las obras de este, otro más, Thompson.
Vemos ahí la tapa del libro "Mescalito" de Hunter S. Thompson, cuya solapa lo promociona como "el libro que los lectores de Thompson han esperado por más de diez años ... Y no se sentirán defraudados". ¿Será que yo no soy (o no era) un lector de Thompson por eso sí me sentí defraudado?. El libro está compuesto por una introducción (con todo respeto) y tres relatos, y ni en pedo se acerca a Bukowski o a Fante, es una opinión.
Respecto al "joven escritor marginal argentino", no es joven, ni marginal, es "escribidor" y tal vez ya no sea argentino, ya que divide su tiempo entre La Gusanera (a.k.a. Miami), la Tiling-City (a.k.a. Punta del Este) y el asiento delantero de su Toyota coupé japonés.
Igual ahí fue, tenia que estar en esta bitácora que me he inventado, y después de todo he leído cosas peores.