martes, 13 de octubre de 2009

"Nadie, nada, nunca" de Juan José Saer


Por suerte, o por causalidad, después de un "Mescalito" puede venir un "Nadie Nada Nunca".
Esta novela es ante todo un ejercicio formal muy interesante; y luego (¿o será viceversa?) una historia en blanco y negro muy sencilla y muy muy muy interior. Creo que en cualquier parte del mundo que hayas crecido se entenderá y se disfrutará fácilmente, pero si naciste en los Campos de Santa Fe sabiendo que "color" tiene la vida del río, lo podrás sentir de una forma particular; hay en el relato una manera bella de reconstruir las horas del pasado como no pueden ya reconstruirse, porque, lo sabemos, el viaje de esta nave que nos lleva por el universo recorre un camino que no se pisa dos veces en el transcurso del tiempo de vida de un humano.
Si tenés dudas sobre si leer o no leer, y te decidiste por leer, este libro "Nadie, nada, nunca" de Juan José Saer será una elección "expecial" (o sea "muy especial").
¡Ja! Además, ¡Qué buen tít
ulo! ¿Cierto?

"Mescalito" de Hunter S. Thompson

Andaba un día pelotudeando por la World Wide Web y me encontré con el blog de un dizque joven escritor marginal argentino con el curioso seudónimo de Roni Bandini, a pesar de mi alergia al nombre "Ronald" (Reagan de por medio), el apellido "Bandini" (el mismo apellido del alter ego del sí, super sí, escritor marginal estadounidense John Fante, cuyo personaje central se llama "Arturo Bandini"), decía, el apellido Bandini hizo que circulara las páginas del blog del tal Roni (¡qué diminutivo chetísimo llegando al garca!).
Bué, resulta que Roni (ya no lo nombraré por su apellido seguramente falso) escribía y era según sus propios ojos el "Bukowski argentino" (ponerse "Roni Chinaski" tal vez le pareció muy obvio, y buscó el personaje de Fante sabiendo que es, era, uno de los nombres recurrentes que saltaba cuando el viejo Buk nombraba algún predecesor que sentía muy cerca suyo) ... (¡Mierda! o ¡Shit! Esto está lleno de paréntesis). La cuestión es que el tipo aparte nombraba mucho a un tal Hunter S. Thompson, quien luego supe era el autor de un libro con cierta fama de under y de "romper todas las reglas", tal libro es "Miedo y asco en Las Vegas", los datos fueron dichos ya no los aburro mucho más, solo para decir que me puse a la búsqueda de las obras de este, otro más, Thompson.
Vemos ahí la tapa del libro "Mescalito" de Hunter S. Thompson, cuya solapa lo promociona como "el libro que los lectores de Thompson han esperado por más de diez años ... Y no se sentirán defraudados". ¿Será que yo no soy (o no era) un lector de Thompson por eso sí me sentí defraudado?. El libro está compuesto por una introducción (con todo respeto) y tres relatos, y ni en pedo se acerca a Bukowski o a Fante, es una opinión.
Respecto al "joven escritor marginal argentino", no es joven, ni marginal, es "escribidor" y tal vez ya no sea argentino, ya que divide su tiempo entre La Gusanera (a.k.a. Miami), la Tiling-City (a.k.a. Punta del Este) y el asiento delantero de su Toyota coupé japonés.
Igual ahí fue, tenia que estar en esta bitácora que me he inventado, y después de todo he leído cosas peores.

domingo, 4 de octubre de 2009

..."no me puede el olvido vencer, / hoy como ayer, siempre llegar, / en el hijo se puede volver, / Nuevo"...

Este es el disco que nos hizo saber a los pibes de mi generación quien era Mercedes Sosa. Grabado en vivo allá por el año 1982, es parte del recital que diera en Febrero de ese año en el Teatro Ópera de Buenos Aires (uno de los datos escandalosos, me acuerdo, habia sido que el Flaco Menotti habia concurrido y festejaba entusiasmado el arte que llegaba desde el escenario). En aquellos días claro que ya la conocíamos, pero su repertorio no censurado se limitaba a temas de un folclore más "paisajista" o "melódico". Este disco (doble) nos llegaba en grabaciones que traían los hermanos mayores desde las ciudades a donde habían emigrado a estudiar.
Así nos enterábamos que María Elena Walsh no solo hacía canciones para chicos; o que existían personas con nombres como Silvio Rodríguez o Pablo Milanés que imaginábamos como viejos poetas tucumanos o salteños; o querer saber quienes eran Amanda y Víctor Jara; o que Piero seguía cantando y haciendo canciones; o que la Negra cantaba tango como las diosas (y eso que era folclorista y mujer); o ¡qué cantaba canciones de Sui Generis!; o que Violeta Parra había existido y no era el mito sobre una vieja loca y comunista; o que habia canciones que eran unas "pequeñas obras de arte" como "Volver a los 17"; y que las mujeres podían ser poetas y caminar hacia el mar como último paseo ...
Después fue simple, fue solo conseguir los discos, fue estirar la mano y llenarse el alma de canciones ...

"El Mundo Subterráneo" de S. Fowler Wright (edit.)

"JAZZUELA": Un disco de Jazz para Cronopios (edit.)


"Historia abreviada de la literatura portátil" de Enrique Vila-Matas

Ya hace casi 2 meses que leí este librito; rápidamente diré el sabor que me quedó a la distancia de su lectura. Lo primero es decir que me parece que es para lectores que gustan de la literatura en sí misma, porque lo que este libro cuenta es una historia sobre un "movimiento literario" que se designa como "conspiración shandy" o "sociedad secreta de los portátiles". Los requisitos imprescindibles para formar parte de la sociedad secreta eran: que la obra artística del miembro fuera portátil, y funcionar como una perfecta máquina soltera; y etc. etc. etc.
Ahora expresaré lo que puede ser tomado como una barbaridad o incluso una impertencia: el tono del relato me recuerda a algunos escritos de Borges (si eso, bué, ya lo dije), como una fusión entre unas de esas reseñas que escribía en la revista "El Hogar" y algunas de aquellas crónicas apócrifas que solían aparecer en muchos de sus cuentos.